Esta
mañana hemos tomado la temperatura en las urnas del popular barrio XIX de
París. Después de varias negativas a responder a nuestras preguntas
espetándonos desde “el voto es secreto”, “no os diré por quién he votado” o “no
llevo dinero encima” (espero que la señora sufriera de sordera y no haya
pensando que porque soy periodista o española le pedía un cheque), por fin
hemos encontrado a gente que le gusta dar a la labia. Tres personas: dos pro
Hollande, una por convicción, otro para desalojar a Sarkozy del Elíseo y una
pro Sarkozy porque sino “será el desastre económico”.
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El
clima es hostil en la loma de Buttes Chaumont de París. Frío, humedad y cielo
gris. A pesar de todo, los parisinos desafían al mal tiempo e invaden las
calles. Mucho movimiento en las aceras entre los que toman café, algún
aperitivo, los que se van al mercado y entre una y otra actividad, los colegios
electorales.
Frédéric,
actor de 35 años, sale del colegio electoral de la rue de la Villette y
enfundándose el casco de la moto explica sin problemas que ha votado por
François Hollande. “No quiero comerme cinco años más de Sarkozy, está acabado,
esto está hecho. Que se vaya y que con él se vaya toda esa banda de gente
‘bling, bling’ que apesta a dinero”.
El
treintañero parece seguro de la victoria del socialista pero no irá a
celebrarlo a la Bastilla como otros. Para él no hay nada que celebrar. Dice que
no será lo mismo que la victoria de François Miterrand en el 81. “No creo que
haya mucho que celebrar, creo que habrá tiempos duros”, dice Frédéric que
aunque tiene reservas sobre el rumbo económico y la crisis en Francia, espera
un cambio en la forma de presidir. “Espero que haga las cosas de forma más
simple, que no haya tanta austeridad, y sobretodo que elimine todas las
ventajas fiscales a los ricos, espero que con Hollande haya más equidad”, dice
convencido de la victoria: “Está ganado, Sarkozy ya está haciendo las maletas y
mudándose, está bien!”.
Si
Frédéric vota por antisarkozysmo, hay otros que lo hacen por convicción y
fieles a sus convicciones ya votaron en el 2007 a Ségolène Royal, ex compañera
del actual candidato socialista. Es el caso de Francesca, 50 años y empleada en
una empresa de seguros. “Es el más cercano de mis valores y mis ideas, al
principio no era mi candidato socialista favorito (prefería a su ex mujer que
se había presentado en las primarias), pero a medida que iba avanzando la
campaña me ha convencido”, dice esta mujer de origen portugués que ahora está
convencida de que “puede ser un buen presidente”, sobre todo después del debate
con Sarkozy. “Allí realmente me sorprendió su seguridad”, dice Francesca que
contrariamente a Frédéric piensa que no todo está atado y que “todo es posible,
esperaremos a las ocho de la tarde”, y sonríe.
Evelyne
teme lo peor. Esta jubilada, maquillada hasta la médula y emperifollada con
tonos violeta no nos quiere decir su edad ni tampoco por quién ha votado pero
deja entrever que por sus opiniones lo sabremos. No hay duda, a la primera
respuesta sabemos que ha votado por el presidente saliente Nicolas Sarkozy.
“Ya
tenemos a alguien que gestiona el país muy bien, no entiendo porque tendríamos
que retirarlo cuando conoce muy bien los temas, si el otro gana, no conocerá
nada, será una catástrofe financiera, ni siquiera ha sido ministro”, dice
Evelyne refiriéndose a Hollande y no entiende a los que critican al presidente
saliente.“Si la gente fuera inteligente, sabría que él es presidente para
ayudar a la gente y no para hacerse rico, dinero ya tiene”, dice la señora y
añade que tiene miedo. “No sabemos qué van a hacer los electores de Le Pen, no
sé si votarán por Sarkozy o no, esto va a ser un desastre”. Bien visto Evelyne,
si con todos los guiños a la extrema derecha, Sarkozy no consigue sus votos...
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