No, no está en Córcega en la casa del actor y amigo Christian “Astérix” Clavier; tampoco se recluye en un monasterio. Según un diario de Malta, el flamante presidente francés llegó en un jet privado ayer con su flía a La Valeta. Desde el aeropuerto, donde no habría pedido usar la sala vip, se metió en un yate.
Aquí los medios frenchos repiten una y otra vez que es para tomarse el tiempo de “habitar la función presidencial”. Uno se imagina a Cécilia y sus chicas tomando sol en bikini en cubierta mientras él, en su recámara, vestido con smoking, gesticula frente al espejo con la banda presidencial y el collar de la legión de honor, que parece más digno de un sommelier que de un mandatario.
Entretanto, aquí en París, ya circulan los nombres de los futuros ministros, aquellos que van a encarnar la ruptura, la sangre nueva que necesita este país para “liberar las fuerzas de la nación”. ¿Quiénes encarnan esta renovación de la clase política? Bueno, según el Financial Times, Sarkozy le habría anunciado a Tony Blair que su próximo primer ministro es François Fillon. Desde 1993-2005, Fillon ocupó múltiples carteras en los gobiernos de Balladur, Juppé y Raffarin. En otras palabras, pocas personas representan tan fielmente la política que la derecha en sus distintas versiones implementó en los últimos 15 años. Otras “novedades”, Michel Barnier (ex ministro de asuntos exteriores de Chirac en 2005), Michèle Alliot-Marie (actual ministra de defensa) y Philippe Douste Blazy (actual canciller) cambiarían figuritas. Jean-Louis Borloo, marido de la conductora del noticiero estatal France 2 y ministro de trabajo seguiría en el mismo puesto, a menos que le cambien el nombre a su edificio. Otro retorno, Alain Juppé, otra figura“del cambio”. Después de haber ocupado varias funciones, entre ellas la de primer ministro (2005-2007) y ser condenado en 2004 por “empleos ficticios” en la alcaldía de París, tendría un super ministerio de transporte y ecología. Pero no seamos injustos, Sarkozy promete la paridad de género en su gobierno (de por sí imposible, ya que sus miembros serían 15, cifra impar), así que se vería obligado a invitar a unas chicas: sus voceras Valérie Pécresse y Rachida Dati, que ya había pedido ser ministra de la renovación urbana a kärcherazos. Algo les va a inventar. La ceremonia de nombramiento de los ministros llamados a fundar esta nueva manera de hacer política debería ser musicalizada por el rockero también de vanguardia Johnny Hallyday (64 años) que abandona su triste exilio fiscal en Suiza. Por fin los ricos vuelven a ser bienvenidos en Francia; debe ser el principio del tan mentado programa de integración social.
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