Elecciones en Francia 2012
-Crónica arbitraria de una campaña presidencial-
We’re back.
Cinco años más viejos, volvemos a asomarnos a una nueva campaña electoral Made in France. Como Batman y Robin, sumamos a Batichica y ahora somos tres.
lunes, 14 de mayo de 2012
Se busca primer ministro
Por Miguel Gómez
Todos los analistas y observadores de la vida política francesa aparecen ahora como esos personajes de cómic que se pasean con una interrogación sobre sus cabezas.
La pregunta es evidente ¿Quién será el primer primer ministro de Hollande? El nombre lo desvelará mañana el presidente electo poco después de la ceremonia que le sitúe como el quinto hombre más poderoso del planeta, según la frase que tanto gusta repetir en la grandilocuente Francia.
La cuestión es de talla, porque dependiendo de quien se traslade a vivir a Matignon, sede de la jefatura del Gobierno, se conocerán las primeras pistas de por dónde va a ir la presidencia de Hollande. Candidatos no faltan, pero hay dos nombres que suenan como favoritos: Martine Aubry y Jean-Marc Ayrault. O sonaban.
Martine Aubry figuraba arriba de la lista de favoritos. Líder del Partido Socialista, responsable de la ley de la jornada de 35 horas semanales, para muchos la última gran reforma de izquierdas del continente europeo. Su nombramiento sería un claro guiño a las opciones más progresistas y todo un cambio de orientación del país tras diez años de gobiernos conservadores.
Pero su nombre se ha enfriado en los últimos días. Demasiado a la izquierda. Demasiada personalidad. Demasiado carácter. Tras el apellido de casada Aubry, se esconde la hija de Jacques Delors, el último presidente de la Comisión Europea que supo plantar cara a los estados que sólo acudían a Bruselas con la cantinela del "¿qué hay de lo mío?", sin preocuparse de los intereses comunitarios.
Hollande puede temer que, con Aubry, se reduzca su margen de maniobra.
Un peligro que no correría si coloca en Matignon a Ayrault, sempiterno alcalde de Nantes, presidente del grupo parlamentario socialista, un político poco conocido, de perfil bajo, buena imagen y ninguna experiencia de Gobierno. Igual que Hollande. Un gestor maleable desde el Elíseo que dejaría a Hollande todas las cartas en su mano.
Pero sería la primera vez en la historia de la República que el presidente y el primer ministro toman las riendas del país sin haber tendido nunca antes responsabilidades gubernamentales.
Además, a Ayrault le ha salido otra mancha. Y es que en 1997 fue condenado por que su Ayuntamiento de Nantes dio trato preferente a una empresa en unos contratos. La sentencia determinó que no había sido él directamente el autor del delito, pero le condenó por ser el responsable último de la municipalidad. Nada muy grave si no fuera porque durante la campaña, Hollande dijo que no nombraría a nadie que hubiera tenido problemas con la justicia.
Así pues, si hace unos días los nombres de Aubry y Ayrault casi no dejaban hueco a otros, ahora han surgido más candidatos.
Manuel Valls cuenta con una gran popularidad y una imagen dinámica, es joven y tiene una gran proyección. Tiene una breve experiencia ministerial pero ha hecho el grueso de su carrera como diputado y alcalde de Evry, un barrio industrial de las afueras de París.
Sin embargo, Valls representa el ala más derechista del Partido Socialista y ha defendido algunas de las medidas que llevaba en su programa el presidente saliente, Nicolas Sakozy, como el "IVA social" o la inscripción en la Constitución de la prohibición de endeudarse.
Su nombramiento sería muy mal recibido por los sectores más izquierdistas de la sociedad francesa, que apoyaron en masa a Hollande para acabar con las políticas de Sarkozy.
Pierre Moscovici ha sido la mano derecha de Hollande a lo largo de la campaña. Tiene la reputación de ser un político serio, ha sido ministro (de Asuntos Europeos), tiene una imagen de moderado y de buen gestor, aunque carece de la popularidad de otros candidatos.
En los últimos días ha estado al lado de Hollande cuando el presidente electo ha recibido a los primeros emisarios internacionales, ya sea el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ya el del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. En esas citas no estaba ninguno de los otros candidatos a Matignon.
Pero Moscovici cuenta con un freno y es que ha hecho la mayor parte de su carrera política a la sombra de Dominique Strauss-Kahn, un hombre proscrito en el partido. Tras sus implicaciones juridicosexuales, la sola mención de su nombre hace correr despavoridos a los socialistas. Moscovici es el único que osa defenderle.
Resta Michel Sapin, ex ministro de Finanzas y de otras carteras, eminencia gris del programa de Hollande y muy allegado al presidente, con quien compartió estudios, carrera política y una amistad que dura ya más de 35 años.
Para muchos, su perfil económico le convierten en el hombre de la situación en estos momentos de turbulencias financieras. Para otros, su falta de carisma y su escaso peso político le alejan del puesto y le sitúan más en la cartera de Economía.
No se puede descartar una sorpresa de última hora, porque Hollande ha mantenido en el más absoluto secreto el nombre de quien será su mano derecha. La respuesta se conocerá mañana.
jueves, 10 de mayo de 2012
ESTAN TODOS INVITADOS Fiesta del blog este viernes
Invitamos a nuestros lectores que estén en París el viernes 11 de mayo a celebrar el fin de las elecciones presidenciales a las 20.00 en el bar L'Escargot: 50 rue de la Villette, París 19. La cerveza es barata. Para los más exigentes, Fouquet's sigue
abierto.
lunes, 7 de mayo de 2012
De candidato “normal" a nuevo presidente
|
Más allá de sus méritos y su cuidada campaña, el camino de Hollande al Eliseo se vio allanado por la incontinencia sexual de Dominique Strauss-Kahn. En neta desventaja frente a los otros aspirantes socialistas, comenzó su campaña antes que nadie, pero no por eso fue tomado demasiado en serio. La caída en desgracia de DSK (jura que igual habría ganado la interna) le permitió encarnar mejor que nadie una línea de centro dentro del PS para imponerse en una inédita interna abierta en octubre 2011.
En aquella investigación, Technikart realizó un divertido racconto de la carrera política de Hollande, “un ex joven rebelde del PS que supo mainstremizarse” al pasar vertiginosamente de consejero a Alcalde, diputado y devenir una de las piezas principales del partido desde su dirección. “Con su cara regordeta, sus pequeñas gafas, sus trajes Old School y su aire bonachón, François Hollande posee una apariencia digna de un Ministro de IV República al estilo Guy Mollet”, cita Technikart al corrosivo Jean-Luc Mélenchon, antes rival dentro del PS y ahora bastante más a la izquierda del nuevo presidente. Además, la revista mensual remarca la influencia de la actual pareja de Hollande, la periodista Valérie Trierweiler, quien lo impulsó a realizar una estricta dieta, utilizar nuevas gafas y generosas dosis de tintura para lograr una imagen de presidenciable.
A medida que la campaña progresaba, el humor correziano de Hollande cambio. Su gesto se hizo mas serio y sus pasos sumamente medidos y calculados. Como candidato nunca se destacó por su osadía ni por su carisma y su discurso careció de riesgos al apoyarse en una clara raíz antisarkozysta. El orgullo personal estuvo centrado en dejar de lado la imagen de blando que le atribuyen los conservadores. La reivindicativa revancha tuvo lugar en el debate frente a Sarkozy, que seguramente le permitió obtener los votos necesarios para evitar un escrutinio cerrado. Ante Sarkozy, el socialista se presentó como una alternativa real y viable al discurso del ajuste, quizás por eso su llegada ilusione más en los países vecinos que a los propios franceses. Puertas adentro, su plan de gobierno dependerá bastante del resultado en la elección legislativa de junio, momento hasta el cual este blog continuará activo.
Esta noche, Hollande realizó dos actos multitudinarios en su bastión de Tulle y en una Bastilla aliviada por la derrota de Sarkozy. El 15 de mayo asumirá el poder dando inicio a una nueva época. Se va Sarkozy del poder y de la política, no es que vamos a ponernos tristes, pero nuestro blog promete ser mucho más aburrido.
domingo, 6 de mayo de 2012
Al filo de la navaja: los electores corren a las urnas
Esta
mañana hemos tomado la temperatura en las urnas del popular barrio XIX de
París. Después de varias negativas a responder a nuestras preguntas
espetándonos desde “el voto es secreto”, “no os diré por quién he votado” o “no
llevo dinero encima” (espero que la señora sufriera de sordera y no haya
pensando que porque soy periodista o española le pedía un cheque), por fin
hemos encontrado a gente que le gusta dar a la labia. Tres personas: dos pro
Hollande, una por convicción, otro para desalojar a Sarkozy del Elíseo y una
pro Sarkozy porque sino “será el desastre económico”.
Publicidad
en el metro: Para que no te engañen el día de la votación, el sitio de
adulterio en línea cierra hoy su web.
El
clima es hostil en la loma de Buttes Chaumont de París. Frío, humedad y cielo
gris. A pesar de todo, los parisinos desafían al mal tiempo e invaden las
calles. Mucho movimiento en las aceras entre los que toman café, algún
aperitivo, los que se van al mercado y entre una y otra actividad, los colegios
electorales.
Frédéric,
actor de 35 años, sale del colegio electoral de la rue de la Villette y
enfundándose el casco de la moto explica sin problemas que ha votado por
François Hollande. “No quiero comerme cinco años más de Sarkozy, está acabado,
esto está hecho. Que se vaya y que con él se vaya toda esa banda de gente
‘bling, bling’ que apesta a dinero”.
El
treintañero parece seguro de la victoria del socialista pero no irá a
celebrarlo a la Bastilla como otros. Para él no hay nada que celebrar. Dice que
no será lo mismo que la victoria de François Miterrand en el 81. “No creo que
haya mucho que celebrar, creo que habrá tiempos duros”, dice Frédéric que
aunque tiene reservas sobre el rumbo económico y la crisis en Francia, espera
un cambio en la forma de presidir. “Espero que haga las cosas de forma más
simple, que no haya tanta austeridad, y sobretodo que elimine todas las
ventajas fiscales a los ricos, espero que con Hollande haya más equidad”, dice
convencido de la victoria: “Está ganado, Sarkozy ya está haciendo las maletas y
mudándose, está bien!”.
Si
Frédéric vota por antisarkozysmo, hay otros que lo hacen por convicción y
fieles a sus convicciones ya votaron en el 2007 a Ségolène Royal, ex compañera
del actual candidato socialista. Es el caso de Francesca, 50 años y empleada en
una empresa de seguros. “Es el más cercano de mis valores y mis ideas, al
principio no era mi candidato socialista favorito (prefería a su ex mujer que
se había presentado en las primarias), pero a medida que iba avanzando la
campaña me ha convencido”, dice esta mujer de origen portugués que ahora está
convencida de que “puede ser un buen presidente”, sobre todo después del debate
con Sarkozy. “Allí realmente me sorprendió su seguridad”, dice Francesca que
contrariamente a Frédéric piensa que no todo está atado y que “todo es posible,
esperaremos a las ocho de la tarde”, y sonríe.
Evelyne
teme lo peor. Esta jubilada, maquillada hasta la médula y emperifollada con
tonos violeta no nos quiere decir su edad ni tampoco por quién ha votado pero
deja entrever que por sus opiniones lo sabremos. No hay duda, a la primera
respuesta sabemos que ha votado por el presidente saliente Nicolas Sarkozy.
“Ya
tenemos a alguien que gestiona el país muy bien, no entiendo porque tendríamos
que retirarlo cuando conoce muy bien los temas, si el otro gana, no conocerá
nada, será una catástrofe financiera, ni siquiera ha sido ministro”, dice
Evelyne refiriéndose a Hollande y no entiende a los que critican al presidente
saliente.“Si la gente fuera inteligente, sabría que él es presidente para
ayudar a la gente y no para hacerse rico, dinero ya tiene”, dice la señora y
añade que tiene miedo. “No sabemos qué van a hacer los electores de Le Pen, no
sé si votarán por Sarkozy o no, esto va a ser un desastre”. Bien visto Evelyne,
si con todos los guiños a la extrema derecha, Sarkozy no consigue sus votos...
Día D (Hoy sígannos minuto a minuto por Twitter)
Once de la mañana, distrito 12 de París. La viejita, 90 años
mínimo, llegó hasta el jardín de infantes donde estaba inscripta para votar arrastrándose
con su andador. Su acompañante, una joven que le hablaba a la anciana como si
fuese un bebé, no se despegaba de su BlackBerry. “Su documento, por favor”, pidieron
en la mesa de entrada. La acompañante revolvió la cartera de la anciana y dijo
en voz alta que sólo había encontrado un control remoto. Los votantes que hacían
cola para sufragar se rieron. Sí, pero muchas veces la democracia parece reducirse a eso,
elegir entre programas malos.
Sin embargo, la elección de hoy no es tan trivial. La
extrema derechización de Sarkozy para arrancar los votos del Front National, el
horizonte de más austeridad, de criminalización del desempleado, sobre quien siempre
pesará la sospecha de holgazán y parásito, y el afianzamiento de su alianza
conservadora con Merkel podrían tener en lo inmediato consecuencias tangibles
para toda Europa.
Para muchos, la principal virtud de Hollande es que no es
Sarkozy. Queda por saber si es suficiente para ganar la elección. Su victoria,
dicen sus adversarios, llevaría a Francia por el camino de España y Grecia. A
menos que apostando a poner billetes en los bolsillos del francés, genere
crecimiento, rompa el círculo vicioso de la austeridad recesiva. Y marque el
regreso de la izquierda al poder a nivel continental.
Hollande apaciguará probablemente las tensiones sociales,
pero no dice qué propone la izquierda contra el integrismo religioso, dejándole
un espacio para lo que será la nueva versión del Frente Nacional frente a una
UMP en migajas (¿sin Sarkozy?) capaz de cualquier alianza nauseabunda. Ahí está
el partido neonazi griego con un pie en el parlamento. Hollande promete paridad, ojalá
aparte de llevar pollera sus ministras sean feministas.
En fin, lo único cierto por ahora es que a las 12.00 la participación
era de 30,66%, en alza con respecto a la primera vuelta (28,29%), pero inferior
a la de 2007 cuando ya había votado el 34,11%.
Sarkozy, que mandó a preparar los festejos en la plaza de la
Concorde, y Hollande, que pidió levantar unas carpas para hacer lo propio en la
plaza de la Bastille, ya votaron.
viernes, 4 de mayo de 2012
Nada ganado… nada perdido, o casi
Este viernes termina la campaña electoral con un avance en los sondeos de Nicolas Sarkozy al que las encuestas le dan el 46,5% de las intenciones de voto. Avance insuficiente. El presidente candidato confía en dar la sorpresa el domingo y superar al favorito François Hollande, por delante desde hace meses.
El nerviosismo del equipo del conservador es palpable. Incluso el muy fiel diario Le Figaro publica en su edición de hoy los temores de algunas personalidades próximas a Sarkozy que maldicen una y otra vez la prestación en el debate del miércoles ante un Hollande al que durante los últimos días el conservador aseguraba que iba a machacar. Al final, nada. No lo machacó e incluso el 60 por ciento de los franceses consideran que el combate lo ganó el socialista.
Lejos de las declaraciones triunfales hechas públicas tras la confrontación, por lo bajo, los umepetistas creen que su candidato falló. “El presidente no había preparado fórmulas, estaba demasiado seguro de si mismo y de su proyecto”. Otro ministro dice: “Hollande fue mejor, y puis voilà”. Hollande fue mejor, su adversario no consiguió desestabilizarlo. Sin duda, lo subestimó.
Un amigo siempre me dice que si gana Sarkozy a los Institutos de sondeos los tendrían que enviar en avión a nulle part, y que se estrellaran. Todo indica que el lunes Francia amanecerá con un cambio, salvo sopresas.
La France Forte de Sarkozy ha fracasado. En lugar de tomar dirección hacia el centro, Sarkozy se embarró en la mugre de la extrema derecha sin conseguir su objetivo: que los electores de Marine Le Pen le voten en masa. Según una última encuesta, el 41% de los electores ultraderechistas no vota el domingo, siguen a su líder que no pidió el voto ni por uno ni por otro. Marine votará blanco.
Aunque criticado por algunos miembros del partido Modem, el líder centrista François Bayrou asestó la última estacada al candidato presidente al anunciar este jueves que votará a Hollande. Algo insólito para el centrista católico, siempre con el péndulo más a la derecha que en el centro. No adhiere al programa socialista pero no soporta el estilo de Sarkozy y su giro hacia los ultras. “La linea que escogió Nicolas Sarkozy es violenta, entra en contradicción con nuestros valores y los del gaullismo”, dijo el bueno de Bayrou.
Otra razón para pensar que l’affaire est presque plié es que el 85% de los votantes del izquierdista Jean-Luc Mélenchon votarán a Hollande y todas estas cábilas parecen bastante estables puesto que a esta hora el 92 por ciento de los electores tienen claro su voto. Si nadie está mintiendo, Sarkozy ya es historia y desaparecerá del mapa puesto que ya anunció que si pierde las elecciones, se retira de la política.
El nerviosismo del equipo del conservador es palpable. Incluso el muy fiel diario Le Figaro publica en su edición de hoy los temores de algunas personalidades próximas a Sarkozy que maldicen una y otra vez la prestación en el debate del miércoles ante un Hollande al que durante los últimos días el conservador aseguraba que iba a machacar. Al final, nada. No lo machacó e incluso el 60 por ciento de los franceses consideran que el combate lo ganó el socialista.
Lejos de las declaraciones triunfales hechas públicas tras la confrontación, por lo bajo, los umepetistas creen que su candidato falló. “El presidente no había preparado fórmulas, estaba demasiado seguro de si mismo y de su proyecto”. Otro ministro dice: “Hollande fue mejor, y puis voilà”. Hollande fue mejor, su adversario no consiguió desestabilizarlo. Sin duda, lo subestimó.
Un amigo siempre me dice que si gana Sarkozy a los Institutos de sondeos los tendrían que enviar en avión a nulle part, y que se estrellaran. Todo indica que el lunes Francia amanecerá con un cambio, salvo sopresas.
La France Forte de Sarkozy ha fracasado. En lugar de tomar dirección hacia el centro, Sarkozy se embarró en la mugre de la extrema derecha sin conseguir su objetivo: que los electores de Marine Le Pen le voten en masa. Según una última encuesta, el 41% de los electores ultraderechistas no vota el domingo, siguen a su líder que no pidió el voto ni por uno ni por otro. Marine votará blanco.
Aunque criticado por algunos miembros del partido Modem, el líder centrista François Bayrou asestó la última estacada al candidato presidente al anunciar este jueves que votará a Hollande. Algo insólito para el centrista católico, siempre con el péndulo más a la derecha que en el centro. No adhiere al programa socialista pero no soporta el estilo de Sarkozy y su giro hacia los ultras. “La linea que escogió Nicolas Sarkozy es violenta, entra en contradicción con nuestros valores y los del gaullismo”, dijo el bueno de Bayrou.
Otra razón para pensar que l’affaire est presque plié es que el 85% de los votantes del izquierdista Jean-Luc Mélenchon votarán a Hollande y todas estas cábilas parecen bastante estables puesto que a esta hora el 92 por ciento de los electores tienen claro su voto. Si nadie está mintiendo, Sarkozy ya es historia y desaparecerá del mapa puesto que ya anunció que si pierde las elecciones, se retira de la política.
Sarkozy es mi follower
Una mezcla de asombro, resquemor y sudor frío me invadió el día en que descubrí que Nicolas Sarkozy comenzó a seguir mis fotos en Instagram.
¿Por qué a mí? ¿Qué hace un presidente siguiendo mi obsesión por los grafitis y las imágenes urbanas? ¿Mis fotos pueden gustarle a Sarko? ¿Cómo habrá dado con mi cuenta?. Lo imaginé en un tren, entre acto y acto, encorvado en un asiento con sus manos en el móvil abriendo mis fotos. “Che Nathalie, mira las fotos de este pibe”, le decía Sarkozy a la lánguida Kosciusko-Morizet. Entre risas y algunos pensamientos pseudo paranoicos mi sorpresa se congeló frente al maquiavélico avatar del presidente anunciando: “nicolassarkozy s’est abonné a vos photos”.
En realidad, Sarkozy no debe haber visto ninguna de mis fotos. Su equipo de campaña sabe que el ‘te sigo-me seguís’ nos entibia el ego a los amantes de la aplicación y de ahí la intromisión del presidente en mi teléfono. Había empezado un día antes a seguir la cuenta de Sarkozy. Es decir, no me sigue Sarkozy sino un grupito de prolijitos geeks que promueven su imagen. Y punto.
Foto de la cuenta Instagram de Nicolas Sarkozy. |
La diagramación de las instantáneas conforma una especie de álbum de familia de los candidatos con comentarios aduladores y, a veces, epígrafes en primera persona. Tomadas con un teléfono, las fotos suelen estar movidas o borrosas y su edición casi siempre oscura o saturada.
Foto de la cuenta Instagram de Nicolas Sarko |
Los efectos que logra Instagram recuerdan a las antiguas Polaroid y Kodak Instamatic, con su formato cuadrado, el bordo romo y unos filtros que magnifican las imágenes, al brindar un aspecto vintage. La aplicación gratuita nació en 2010 y ya cuenta con más de 30 millones de usuarios registrados, un número que crece a diario por la llegada de la aplicación a Android. Mientras Instagram continua ocupando nuevos espacios, Francia Vota no escatima en filtros en sus fotos a pesar de la queja de los fotógrafos por la recurrente publicación en diarios y revistas de imágenes retocadas con Ia aplicación.
Pero, ¿para qué sirven estas fotos?. Para poco y nada. Solo para acompañar con un toque innovador los tuits o publicaciones en Facebook que se multiplican cada jornada. En todo caso, en su
paso por Instagram nicolassarkozy no logra nada parecido a un suceso. Sus 7554 followers (sigue a 3620) y escasos likes le bastan para superar holgadamente a FH2012. Pero Monsieur le Président ¡no le alcanzan para superarme a mi!.
paso por Instagram nicolassarkozy no logra nada parecido a un suceso. Sus 7554 followers (sigue a 3620) y escasos likes le bastan para superar holgadamente a FH2012. Pero Monsieur le Président ¡no le alcanzan para superarme a mi!.
En Instagram: @hernancampa
jueves, 3 de mayo de 2012
miércoles, 2 de mayo de 2012
El debate entre François Hollande y Nicolas Sarzkozy
Y recuerden, para twitter, un sólo hashtag: #FranciaVota
martes, 1 de mayo de 2012
Lindos, feos y fachos
Un simpatizante del Front National vende L'Action Française |
Primero de mayo, Día del trabajo, del “verdadero trabajo” y de
Juana de Arco (y seguro que la UNESCO también tiene una efeméride). Mientras
los sindicatos y la izquierda se preparan a retomar la Bastilla, ya vuelven a
sus casas los que fueron a ver por la mañana a Marine Le Pen en la plaza de la
Opera y al presidente saliente Nicolas Sarkozy en el Trocadero. En ambas
manifestaciones estuvo Francia Vota, siguiendo por Twitter el evento, hasta que
la concentración de smartphones en el acto de Sarkozy saturó la red y nos privó
de cobertura.
La Francia Dura
La movilera de Canal Plus entrevistando a los skins |
Temprano, los turistas japoneses que caminan con sus vasitos
de Starbucks hasta el Louvre contemplaban con asombro a esa Francia que no vive
en los barrios por donde van a transitar durante su estadía en París. Son caras
rojas de la Francia profunda que llegan de provincia en autobuses, familias
numerosas White trash que llevan marcas de supermercado low cost, esas que
aparecen chillando en la tele al borde de la ruta aplaudiendo a los ciclistas
del Tour de France; skinkeads envejecidos que se ocupan del servicio de
seguridad, católicos tradicionalistas vestidos como en los años 30; muy pocas
chicas, en general con look alternativo, con aros en la nariz, tatuajes y
remeras de heavy metal; “pieds noirs” y veteranos de la Guerra de Argelia; lúmpenes
alcoholizados, desclasados, amantes de las teorías conspirativas que reparten
folletos, viejitos con boina que venden “L’Action Française” y llaveros con la
bandera tricolor. Esta no es la Francia que le dio a Marine le Pen el 18% de
los votos en la primera vuelta, es el “núcleo duro”, los que vienen todos los
años hasta París para encontrase entre loosers, entre pobres tipos y tipas. Se
van abriendo paso por las calles pitucas del centro gritando “On est chez nous!”
(estamos en nuestra casa), pero la mayoría se perdería en esta capital donde
los verdaderos moradores, que los miran desde las tiendas de souvenirs con sorna,
preocupación o desprecio, nacieron muchas veces en África o en Asia. Los
periodistas se hacen una fiesta. La movilera de Canal Plus se acerca a un grupo
de tres chicos, dos skins y uno con rulos y anteojos. Sólo le interesan las
cabezas rapadas. El de rulos le dice a la cronista que “sólo quiere entrevistar
a los otros por su vestimenta”. Ella le dice que no, que después de hablar con
ellos también le va a hacer una nota a él, pero todo el mundo sabe lo que
quiere mostrar la tele, el folclore fascista. Mostrar a un chico con pinta “demasiado
normal” sería desestabilizante para el televidente promedio.
“Comunistas asesinos”, “Francia para los franceses”, “Ni
derecha ni izquierda, Frente Nacional” marcan el ritmo de la marcha, que
desemboca en la Opera. Primero habla Jean-Marie, que da una clase de historia
revisada por él, para mostrar que pese a sus ochenta y pico de años mantiene su
talento de orador intacto. Luego es el turno de la hija; en este escenario le
falta el casco con los cuernos y sería una perfecta walkyria. Es, sin duda, la
mejor tribuna entre los candidatos presidenciales. Su discurso es, como durante
toda la campaña, contra el FMI, Europa, el euro, el voto de los inmigrantes y del
sistema UMPS (mezcla del partido UMP de Sarkozy y el PS de Hollande). Da
finalmente “libertad de voto” y de “conciencia” para la segunda vuelta; sabe
que muchos votarán por Sarkozy -no los que están en la plaza, si no los que por
primera vez votaron por el FN para protestar- y dice que ella lo hará en blanco.
Todavía resuena la Marsellesa cuando los manifestantes se
dispersan, algunas cabezas rapadas se toman con nosotros el metro hasta Trocadero,
donde el ambiente es muy, muy distinto.
Esto no es una manifestación
Una simpatizante de Sarkozy en Trocadero |
Esto no es una manifestación, es un evento social. Las
chicas sarkozystas siguen siendo las más lindas, y parecen que vienen más a
buscar novio o marido que a escuchar a un candidato. El presupuesto invertido
en la apariencia no es el de la gentuza del Front National. Uno imagina las colas el día anterior frente
a las peluquerías de Neuilly. Y las inyecciones de bótox en cadena. “¿Qué te
vas a poner para la marcha?”. ¿Dónde regalan los RayBan? Es la mayor
concentración por metro cuadrado de anteojos de aviador en el mundo. La
profusión de BlacBerrys y iPhones saturan la red y no hay cobertura. La
juventud sarkozysta tiene remeras blancas con el pulgar en alto de Facebook y
una calcomanía que dice “Votar en blanco es darle el voto a los extranjeros”.
Abuchean cada vez que un orador acusa a Hollande. Y se ríen por hacer un acto
tan plebeyo (uhhhhh), dejando ver unas dentaduras perfectas. No saben moverse
en la manifestación, esperan que alguien los deje pasar entre la multitud
porque “quieren ver” y no entienden que los otros no se muevan. Son nuevos en
esto. Lo más parecido que vivieron a esto fue ir hasta las gradas de Roland
Garros o abrirse paso en las tribunas de las carreras hípicas de Deauville.
Pero entienden muy bien cuando Sarkozy llega triunfante al escenario y los enardece
hablando de las terribles “35 horas” impuestas por los socialistas y escuchan
como una caricia para sus oídos cuando dice que los que se arriesgan merecen
una compensación para sus esfuerzos. Léase que los empresarios que invierten
ganen sumas astronómicas.
Lo que sí llama la atención de una manifestación a otra, es
que mientras los públicos son tan distintos, el discurso de Sarkozy, centrado
en la necesidad de fronteras, la reivindicación de la identidad nacional y la
raíces cristianas o la herencia de Napoleón se parece al que escucharon los del
Front Nacional. Marine dijo que había ganado la batalla ideológica de las
elecciones, y parece difícil negarlo. En cualquier caso está claro es que el
electorado de Sarkozy no sólo no se da por vencido, si no que cree como su jefe
que remontarán en las encuestas un punto por día y el martes tendrán otros
cinco años el poder.
lunes, 30 de abril de 2012
El voto, una ciencia democrática
Particularidades más o menos, en todas las democracias del mundo se utiliza la elección por sufragio universal. Pero más allá de nuestros enquistados hábitos democráticos, existen muchas formas diferentes de votar. Por ejemplo, se podría elegir a uno, dos o varios candidatos, en una vuelta o dos, clasificarlos en orden de preferencia, con notas o hasta designar al ganador mediante el aplausómetro utilizado en la Esparta de la antigua Grecia.
En Francia rige el sistema uninominal, que consiste en elegir un presidente en una elección a dos turnos metiendo solo un nombre en la urna. Este sistema es considerado poco democrático porque ha consagrado a candidatos con el voto de la mayoría pero sin gozar de la amplia aceptación de los votantes. El ejemplo mas claro, se dió en la elección de 2002. La dispersión de los votos permitió a Jean-Marie Le Pen acceder a la segunda vuelta con el 16,86%, pese a que era rechazado por la mayor parte del electorado. Le Pen no ganó, pero dejó en evidencia los defectos del sistema. El ganador fue Jacques Chirac, reelecto con tan solo el 19,88% en la primera vuelta. En una elección donde el 20,3% se abstuvo, a Chirac le bastó con 5.665.855 votos -una sexta parte del electorado- para seguir en el poder. Todo se definió en la primera vuelta, pues la segunda fue un trámite para ‘Chichi’. Beneficiado por el voto asco de la izquierda, que según la consigna hecha canción en la primavera 2002, prefirió elegir a un “ladrón y no a un facho”.
Pero sobre todo, el sistema uninominal introduce la noción del voto útil en detrimento del voto sincero. El elector descarta su preferencia al priorizar estratégicamente la mejor posibilidad para la segunda vuelta. Otro punto que recibe críticas de diversos flancos, es la escasa o nula representatividad que obtienen en el Parlamento los partidos considerados chicos. Un nuevo ejemplo con el Frente Nacional de Le Pen: al no realizarse durante la presidencial, la elección favorece y retroalimenta al bipartidismo. El PS y la conservadora UMP disponen de un número más elevado de bancas con respecto al porcentaje de votos obtenidos. En las últimas tres presidenciales, el FN superó el 10% de los votos pero no cuenta con ningún senador ni diputado (¿un tiro para el lado de la justicia?). No obstante, visto el escenario actual, esto podría cambiar en las legislativas del 10 y 17 de junio.
Votar de otra forma, para votar mejor.
A lo largo de la historia, diversos investigadores sugirieron alternativas. En el siglo XVIII, los matemáticos franceses Nicolas Condorcet y Jean-Charles Borda comenzaron independientemente a analizar los efectos de los escrutinios uninominales. Condorcet y Borda denunciaron las paradojas del método y buscaron determinar la forma más justa de sufragar.
Si en Francia se aplicara el método de Condorcet, en el 2007 el centrista François Bayrou, que ni siquiera alcanzó la segunda vuelta, hubiera sido el ganador por imponerse en los duelos frente a todos los otros candidatos.
Por su parte, Borda planteó un método para que no gane el partido que más gusta a una parte de la población, sino el que no disgusta a la mayor parte de los ciudadanos. Para eso, al votar los electores no solo deberían hacerlo por el candidato de su preferencia, sino también ubicarlo en orden de prioridad en relación con los otros y luego asignarle una puntuación. Este método fue utilizado tras la revolución francesa, pero luego llegó Napoleón y se acabó eso de votar.
Durante la campaña, el sitio Slate.fr realizó una experiencia con este método. La iniciativa surgió del think-tank Terra Nova (cercano el socialismo) para evitar la abstención. Hollande fue el ganador en el mes de febrero, mientras que en marzo y abril se impuso Jean-Luc Mélenchon.
En todo caso, esta claro que no existe una forma perfecta de votar y que no seria fácil poner en práctica nuevos sistemas. En la elección de 2012, una vez más, varios grupos de científicos probaron diferentes opciones. Las universidades de Estrasburgo, Saint-Etienne y Caen realizaron tests sobre el voto por aprobación y por nota en un puñado de centros de votación.
El estudio mas ambicioso para esta elección es un proyecto internacional, del cual forman parte investigadores de la Escuela Politécnica de Palaiseau, de la Universidad de Montreal y de la escuela de Economía de Toulouse. Su propuesta es una experiencia original: “vota al plural”. Para eso, se creó el sitio Vote au Pluriel donde internautas franceses y extranjeros participaron votando en cuatro formas diferentes: el sistema francés, el mexicano, el irlandés y el voto por aprobación.
La regla del juego es imaginar como uno votaría en los diferentes sistemas. El francés, donde si un candidato no supera el 50% los dos primeros compiten en una segunda vuelta; El irlandés, donde los electores clasifican a los candidatos por orden de preferencia, con un recuento complejo que integra la transferencia de votos de los candidatos eliminados a los que siguen en carrera; El mexicano, donde el candidato que más votos obtiene en una única ronda se convierte en presidente. Inclusive si logra el 20% de los votos; El cuarto no es utilizado en ningún país -solo por algunas ONGs- y se denomina ‘por aprobación’. Consiste en elegir a uno, dos, tres o más candidatos en el orden de preferencia.
La votación de Vote au Pluriel finalizó el 21 de abril pero los resultados se darán a conocer después de la segunda vuelta. En una semana, les haremos un espacio en Francia Vota para descubrir si difieren o no del imperfecto escrutinio oficial.
jueves, 26 de abril de 2012
El ultra de Buisson, el que susurra en la oreja de Sarkozy
Para
algunos Nicolas Sarkozy se está volviendo loco. Muchos ya lo ven con camisa de
fuerza y dando vueltas mirando una límpida pared blanca en un cubículo sin
esquinas. Pegándose golpes contra un muro mullido, desencajado, rebotando, con
la mirada perdida, arrodillado y de repente saltando, sudando, moviendo la
cabeza a izquierda y a derecha y con Marine Le Pen apareciéndole como una
ninfa.
El giro
hacia la ultraderecha de estos días previos a la segunda vuelta de las
elecciones provoca náuseas, roza la ilegalidad y supera el mal gusto y la
ridiculez. A la desesperada, el presidente candidato lanza diátribas contra los
extranjeros, los trabajadores que no quieren trabajar, los asistidos que reciben
un subsidio porque no les da la gana salir del sofá, las adolescentes que toman
anticonceptivos... y todo para que los votantes del Frente Nacional que se le
han escapado después de haberlos seducido en 2007 engrosen el porcentaje de su
electorado el 6 de mayo “para machacar a François Hollande”, dijo Sarkozy el
domingo pasado según Le Canard Enchaîné.
El
semanario satírico reproduce en su edición de este miércoles el intercambio de
nerviosas reacciones que se sucedieron a las 19h00 en el campo del conservador
abatido por las estimaciones de los resultados que le daban segundo por detrás
del socialista en la primera vuelta
Y
mientras Sarkozy tenía su moral por los suelos y un humor de perros, un grito
de esperanza. “Aún podemos ganar. Tenemos una chance si terminamos con el pudeur de pucelles (el pudor de las
vírgenes), ensuciaos las manos, id a buscar los votos lepenistas, aunque os den
asco!”, el que hablaba era Patrick Buisson, el consejero especial que le
susurra a Nicolas Sarkozy, que le muestra el camino a seguir desde hace años.
Bingo! Sarkozy vuelve a recuperarse.
Como
una barita mágica, las palabras de Buisson tienen un efecto inmediato. “Había
identificado una Francia de derechas. Sabía que Marine Le Pen llegaría fuerte. Si no hubiera hecho esta campaña,
habría llegado por delante de mí. Habríamos tenido un 21 de abril al revés (ese
año pasaron a segunda vuelta Jacques Chirac y Jean Marie Le Pen, el padre de la
criatura)”, entonó un Sarkozy crecido y decidido a convertirse en Sarkozy Le
Pen.
Pero
quién es Buisson? Patrick Buisson es el cerebro de esta campaña y lleva
soplándole a Sarkozy lo que tiene que decir desde hace ya algún tiempo. El
idilio entre los dos hombres comenzó cuando el presidente saliente lo descubre
en la cadena de televisión LCI donde trabajaba como cronista político.
Lo
contrata en 2004 a través de la sociedad Publifact como analista de sondeos y
opinión pública y consejero. Llega ya muy curtido. Buisson tiene una larga
trayectoria en la extrema derecha. Trabajó seis años en el semanario ultra Minute donde desarrolla su teoría de la
“prolofobia” por la que, según él, la izquieda “caviar” ha dejado de lado al
poblacho. También fue consejero del soberanista Philippe de Villiers, uno de
los productos más asquerosos de la política francesa y consiguió que su
estrategia funcionara.
Buisson
tiene el mérito de anticiparse, lo hizo ya cuando dijo que el “no” iba a ganar
en el referendum sobre la Constitución Europea. Acertó en 2007, entonces
Sarkozy necesitaba conseguir más votos que los que había obtenido Chirac en
2002, un 20%. El pozo estaba en el electorado del FN y Buisson, por ser uno de
ellos, los conocía a la perfección. Ça
tombait bien! Buisson
estaba ahí y para conseguir su objetivo : la inseguridad, la inmigración,
bla, bla, bla, bla… Fue Buisson también quien le aconsejó al presidente la
creación del polémico ministerio de la Inmigración y de la Identidad Nacional. Una
vez elegido, la factura se paga. En 2009 salta el escándalo en el Palacio de
Elíseo. Alguien destapa que la presidencia de la República está pagando a la
sociedad de Buisson la friolera de 1,5 millones de euros por unas encuestas,
sin que haya habido previamente concurso. Buisson tiene enemigos en el Palacio.
Lo ponen en espera, hasta que la tormenta pase, pero enseguida Sarkozy tiene
que recurrir a él.
Reaparece
con bombo y platillo después del descalabro de la UMP en las elecciones
regionales hace dos años. ‘Buissonman’ pone orden con el famoso discurso de
Grenoble en el verano de 2010. En ese caso los que pagarán los platos rotos de
la derrota electoral serán los gitanos del este. Las imágenes de las
deportaciones correrán como regueros de pólvora por las pantallas de medio
mundo. La autoridad está restablecida. Y qué decir de esta campaña, Buisson está
a tope.
Gracias
a Ana he podido escribir estas líneas, no siempre es fácil lanzarse con un tema
irritante. No os perdáis este video de Monty Python, a ver si adivinan quién es
Dark Knight. Es largo, pero no dejen de visionarlo hasta el final.
Fashion police en la marcha del Frente Nacional
Sólo para machitos. |
Estoy buscando qué ponerme para ir a la manifestación del
Front National el próximo martes 1 ero de mayo, el día de Juana de Arco, según
el partido de Marine Le Pen. La experiencia, cinco años atrás, me enseñó que
hay que saber mezclarse con esta gente que tiene un olfato especial para
detectar individuos ni demasiado católicos ni, a su juicio, suficientemente franceses.
Buzos Lonsdale no tengo, borcegos Doc Martens tampoco, campera de aviador
menos. Alguna vez, hace mucho tiempo, tuve una remera Fred Perry, aunque ahora
parece que es una marca muy llevada por los gays y tampoco son bienvenidos a la
marcha. Dicho sea de paso, es llamativo cómo las cabezas rapadas, los
bigotitos, la ropa ceñida, los cuerpos trabajados y toda esa apariencia limpita
y prolija sirve como credencial tanto para los fachos como para los homos.
Bueno, cuestión que como niña antes del baile revolví mi armario y apenas
calificaba, si encontraba una plancha, para “BoBo”.
En francés "rouge" significa "rojo" y "tinto". |
Así que me fui a dar una
vuelta a la boutique de Marine, la boutique en línea, que después de su
descalificación para la segunda vuelta tiene muchos saldos. Todo bastante
kitsch, unas medallitas con papá Le Pen, unos encendedores (la llama es el
emblema del FN) y, destacados… los calzoncillos del Frente Nacional. Son unos bóxer
que marcan bien el tobul, como para decir: los frontistas tenemos cojones,
supongo, aunque insisto en que este tipo de prendas sólo las vi en los
escaparates del barrio del Marais. Buscando un poco más llegué a las camisetas.
Evité las demasiado obvias con el logo y el nombre del partido, pero encontré
una bastante divertida -en términos FN- donde un viejo con boina, en el mundo
de los estereotipos vendría a ser un francés “de pura cepa”, sostiene un vaso
de vino tinto y la leyenda “On les aura tous ces rouges!” (Algo así como ‘nos
los vamos a hacer todos a esos rojitos’). Cuesta 12 euros y el dibujo, explica
el sitio, es del “célebre dibujante Ignace”. No dice si es 100% algodón. Pero
estoy seguro de que es 100% Made in China. Encontré por cinco euros una bufanda
“Los jóvenes con Le Pen” (ahora que lo pienso eligieron a la hija para no tener
que volver a fabricar todo el merchandising, la marca Le Pen funciona para
padre e hija). Me falta un pantalón, veo que no venden. Habrá que ir a la
boutique de Sarkozy, no creo que la combinación de los dos estilos desentone
demasiado. Además me va a servir para cruzarme a la otra marcha del “trabajo
verdadero”, seguro que cuando vean con mi remera me van a recibir con los brazos
abiertos.
martes, 24 de abril de 2012
Uno de cada cinco
Afiche de la campaña del FN en 2007 con una mestiza acusando a izquierda y derecha de haber destruido todo |
Uno de cada
cinco franceses que me cruzo por la calle votó por el Frente Nacional (FN) en
la primera vuelta de las elecciones presidenciales celebradas el domingo
pasado. Son 6,4 millones de personas. Si Sarkozy convence al 80% de estos
votantes, el 6 de mayo habrá conseguido su reelección. Y ahí anda, sin
complejos, rompiendo el histórico cordón sanitario republicano que aislaba al
partido de Le Pen, diciendo que “no hay nada condenable en el hecho de votar
por el FN” y que no le parece chocante el concepto de “preferencia nacional”
para el empleo o la asistencia pública, olvidando que la medida sería
anticonstitucional. Y mientras tanto, los periodistas les echan la culpa a las
encuestadoras, que otra vez (como en 2002) subestimaron la intención de voto
del FN, y éstos responden que si se equivocaron fue apenas por un punto, algo previsible
en cualquier sondeo, y sobre todo con una población que no admite públicamente
que apoya a un partido apestoso. Entonces, los periodistas se dan cuenta de que
tienen que hacer informes sobre el FN y no conocen a nadie que lo sea. La
verdad es que era mucho más práctico llenar páginas y hacer reportajes sobre el
simpático “fenómeno Mélechon”, que quedó cuarto. De hecho, es de por sí raro
que el periodista haya conversado con un sarkosista, a menos estuviese
entrevistando a un político.
En el
imaginario colectivo biempensante que me rodea y del que formo parte, el electorado
del FN es un grupo constituido por la Francia White Trash xenófoba,
tradicionalistas católicos, nostálgicos del Mariscal Pétain, resentidos
sociales y adeptos de teorías racistas mal digeridas. Todo eso es cierto, pero no
únicamente.
Marine Le Pen
(MLP) hizo una campaña basada en temas económicos y de sociedad, lejos de los
discursos llenos de doble sentido rancios y racistas paternos que excitaban a
las hordas de la extrema derecha. Sarkozy dijo que MLP hizo una campaña de
extrema izquierda. Y creo que no se equivoca. Su patriotismo económico contra
la globalización podía haber salido del foro de Porto Alegre. Ciertamente,
existe un anticapitalismo como componente histórico de la extrema derecha. Pero
esta abogada divorciada dejó atrás el discurso antisemita, homofóbico y
racialista de su familia. Atrás quedó “el familia, patria y propiedad”. Y si
mantiene su oposición al aborto, es para que el Estado no lo reembolse (en
momentos en que en algunos estados de EE.UU. están obligando a mujeres a ver
una ecografía de su panza y darle un nombre al feto para poder abortar), y el
tema de la inseguridad hace rato que dejó de ser un caballito de batalla
exclusivamente del FN. Queda su discurso contra las plegarias musulmanas en las
calles o la comida religiosamente correcta en las escuelas. Antes, luchar
contra el oscurantismo religioso -poco importaba de donde viniese- era uno de
los honores de la izquierda librepensadora y come curas. Nada de esto quiere
decir, como pretende Sarkozy, que votar por el FN no tenga nada de condenable,
al contrario. Detrás de la imagen ‘moderna’ de MLP sigue ocultándose esa
Francia nauseabunda y enmohecida lista para colaborar y “limpiar” al ser nacional.
Pero no sólo. No es cierto que haya 6,4 millones de franceses que quieren un Reich
blanco y cristiano, aunque a muchos biempensantes les guste pregonarlo porque
les ahorra confrontarse con una realidad mucho más compleja.
El diario de
izquierda Libération publicó ayer el inusual testimonio de una mujer que vive
en la Goutte d’or, uno de los barrios más pobres y con mayor tasa de
inmigrantes o descendientes de inmigrantes de París. Ella se llama Roseline y
tiene 25 años. Votó por MLP porque está “contra el sistema”, reivindica “un
voto de protesta”. “Marine tiene razón cuando dice que los recién llegados
tienen más ayudas de Francia que nosotros”, asegura. “¿Nosotros?”, le pregunta
el periodista de Libé. “Los franceses”, responde Roseline, negra y que tiene
una parte de su familia que ha inmigrado. “Ella tiene razón si quiere proteger
su país, si quiere deshacerse de los nuevos. Nosotros no progresamos”, dice.
Para algunos, votar por MLP es una actitud antisistema, patear el tablero. Falta
saber cuáles son las supuestas ayudas suplementarias a las que se refiere, en
todo caso el 6 de mayo votará por… Hollande.
Ya en 2002,
cuando el FN pasó a la segunda vuelta de las elecciones, Le Monde descubría que
había judíos y musulmanes que habían votado por Le Pen. Algunos pensaban que Le
Pen odiaba más al otro grupo que a ellos. Pero hoy, también es cierto que para
los judíos la violencia antisemita tiene más la cara de Mohamed Merah que el
rostro “ario” de Anders Breivik. Y para los hombres y mujeres musulmanas que rechazan
el integrismo islámico que prospera en sus países de origen, el auge de las
formas más rigoristas del islam requiere algo más que piadosos llamados a “la tolerancia”.
Los discursos más duros contra el salafismo vienen de Ni Putas Ni Sumisas,
musulmanas de guetos de inmigrantes que putean contra la izquierda y las
feministas blancas de ayer que hicieron la vista gorda en nombre del
relativismo cultural.
Estábamos tan
bien contra Jean Marie Le Pen. Haciendo de cuenta que él es su hija le erramos
al blanco, y el Frente Nacional sigue creciendo.
Rachida Dati vende humo
Rachida Dati Feuille de Cannabis par Spi0n
Desde el
domingo por la noche Rachida Dati, uno de los símbolos del sarkozysmo, esta en
todas partes. La controvertida ex ministra de Justicia cumple, con la devoción
de un creyente, un peregrinaje por los estudios de televisión para defender a
Nicolas Sarkozy. Y de paso, reclamar que los electores del Frente Nacional no
sean estigmatizados.
Vocera deSarkozy en la elección 2007, Alcalde del distrito 7 de Paris y
eurodiputada, Dati ostenta una carrera política fuera de lo común. La fulgurante
ascensión al ministerio de Justicia fue impulsada por Sarkozy y su entonces
mujer Cecilia Attias. Por su notoria falta de mérito y ser la primera política
hija de padres magrebíes en ocupar un ministerio nunca logró pasar
desapercibida. Durante los dos años al frente de la Justicia Dati alimentó a la
prensa con sus escándalos, entre ellos la sospecha sobre la autenticidad de sus
estudios o los problemas judiciales de dos de sus hermanos. Además, fue acusada
por sus pares de haber cumplido una labor “catastrófica”, de pretender llenar
las cárceles para inflar las cifras de inseguridad y denunciada por su cruzada
para bajar la edad de imputabilidad de los menores.
En 2009, Sarkozy la envió a competir por una insípida banca de eurodiputada. La leal Dati ya había
comenzado con sus reformas en la justicia, pero su alto perfil bling-bling
iba a terminar arrastrando al presidente. Durante sus vacaciones en
la burocracia europeas poco se supo de ella, solo los medios people siguieron
sus pasos. Eso sí, en 2010 nos regalo uno de esos videos que aporta cada tanto. En un inolvidable
desliz confundió felación con inflación, durante una emisión política.
La analogía del principio físico-químico de Antoine Lavoisier nada se pierde, todo se transforma, ajustada a Dati permitiría decir que nada se pierde, todo se recicla. Durante la campaña Dati regresó a los primeros planos, nuevamente forma parte del cerrado entorno del presidente.
En la mañana del lunes, llamo una vez mas la atención y como suele ocurrir no por su discurso, sino por su vestuario. Invitada a la Matinale de Canal + la denominada pata árabe del gobierno Sarkozy, se dió el gusto de tomarnos descaradamente por tontos. O quizás la botánica no sea lo suyo.
Durante la emisión, Dati lució un chaleco con una gran hoja de marihuana azul en su espalda. Nada que nos sorprenda ni asuste, pero la ley francesa que ella encarnó no se anda con chiquitas: impone multas de hasta 75.000 euros y 5 años de prisión para quien haga apología o fomente un marketing de cualquier droga.
Al final, la presentadora lanzó: “los franceses se preguntan si lo que tiene en su espalda se fuma”. “No es una hoja de cannabis, no se preocupe. Tengo cuidado”, respondió con cara de póker la ex ministra. La presentadora insistió con malicia: “¿es una hoja de… eucalipto?. “Eso, el eucalipto calma”, finalizó Dati. Por la tarde, su entorno torpe e hipócritamente aclaró que se trataba de una hoja de arce japonés.
¿Cannabis?
¿Eucalipto? Aquí Le Lab de Europe 1 muestra la diferencia entre ambas hojas. ¿Mensaje
subliminal? Más que probable, pues parece un burdo intento de seducir a los
electores fumetas, quienes no cuentan en ninguna encuesta pero, según cifras
oficiales, serian 1.200.000 en Francia. Mientras el
PS de Hollande flirtea tibiamente con la idea de despenalizar el consumo de cannabis la UMP
ya avisó que de eso no se habla. Pero para contradecirse con aire cool o buscar
votos como sea en dos semanas, Sarkozy siempre tendrá a Dati.
domingo, 22 de abril de 2012
La hora de la verdad: Hollande vs Sarko, mientras los fascistas se ríen
Comienza
una nueva campaña en Francia con sólo dos finalistas : François Hollande y
Nicolas Sarkozy se enfrentarán el 6 de mayo. El socialista llega en cabeza
después del primer round y todas las encuestas le dan vencedor en la prueba
final pero delante tendrá a un monstruo político que ya pide tres debates,
tradicionalmente hay uno, para poder sacar los dientes, ávido de mostrar su
plumaje, de extender las alas, Nicolas Sarkozy, que podría renacer de sus
cenizas cual Fénix.
Unas
cenizas no tan abundantes puesto que llega por detrás de Hollande a dos puntos
del vencedor, con el 27% de los votos. Hollande cumplió y llegó primero pero mirando
los resultados, y haciendo cuentas, éstas no salen. Ni para uno ni para otro.
Los partidos de izquierda recogen el 43% de los votos, insuficientes, Hollande
tendrá que buscar votos de los centristas, un 40% de los electores de François
Bayrou asegura que votará por el socialista y el 25%, por Nicolas Sarkozy.
Jean-Luc
Mélénchon que finalmente se desinfló y su revolución se quedó por debajo del
12% pidió a sus electores que voten contra Sarkozy. Quedan los votos de Marine
Le Pen, la poderosa ultraderechista que ha conseguido un apoyo histórico. La hija
superó al padre con más del 17% de los votos, más de seis millones de
franceses. Marine se pronunciará el 1 de mayo, en su tradicional desfile en
honor a Juana de Arco, sobre su posición de cara a la segunda vuelta.
Señoras
y señores esto no se ha terminado. Nada está ganado, ni perdido. Lo que queda
claro es que el Frente Nacional volvió a dar la sorpresa, y esta vez la
participación fue altísima: el 81%. Los fascistas son la tercera fuerza de este
país. Algo tiene que ver en eso los mensajes lanzados desde el gobierno durante
los últimos años, el recurso al miedo del otro, la búsqueda de cabezas de
turco, el odio hacia el extranjero, el repliegue en momentos de crisis. Sarkozy
al intentar recuperar el voto ultra derechista, al flirtear con los herederos
del fascismo europeo ha engendrado un monstruo que poco a poco está pudriendo
más estractos de la vida pública francesa. Y mientras Sarkozy y Hollande se
mueren del miedo hasta el 6 de mayo, el Frente Nacional festeja y se ríe.
Marine
Le Pen ya se proyecta para las legislativas. Este domingo se presentó como la
nueva jefa de la oposición. Un desastre para la democracia, los
ultraderechistas han concentrado el voto antisistema. Algo no funciona.
Tiempo de indecisos
El día está como el electorado, indeciso. Pedazos de cielo
azul, nubes plomizas amenazantes. Las primeras estimaciones de participación
dicen que la gente estaba votando al mediodía de París más que en 2002 pero
menos que en la primera vuelta de las presidenciales anteriores, de 2007 (el
detalle en el cuadrito de la columna derecha). ¿Cómo interpretar esto? ¿La
omnipresencia de los sondeos desalienta a quienes piensan que la suerte ya está
echada? ¿Como estamos en plenas vacaciones de primavera la gente está lejos de
sus oficinas de votación? ¿Los que se fueron de vacaciones son de izquierda o
derecha? ¿O son los más viejos que temen mojarse? Quién sabe. En la escuela
donde estuve este mediodía la gente calculaba con la mirada por quién votarían
los electores que hacían la cola con ellos delante de la urna. El brushing de
la rubia teñida muy maquillada, el tipo con
muletas que no podía votar porque no le
llegó la tarjeta electoral pero opinaba que La Poste (el servicio público de
correo) no debía tener la culpa, la vieja del vestido floreado y colorinche, ¿no
eran indicios de por quién estaban sufragando? En todo caso tenían en común que
nadie quería volver a la noche a la oficina de votación para ayudar a contar las
papeletas. Por mi parte, metí el sobre en la ranura de la urna, con alguna
dificultad, el voto parecía demasiado blando…
Ah, los principales candidatos ya votaron ante cámaras.
Hoy sobre todo nos comunicamos por Twitter (columna derecha).
Hoy sobre todo nos comunicamos por Twitter (columna derecha).
Suscribirse a:
Entradas (Atom)