
Unas
cenizas no tan abundantes puesto que llega por detrás de Hollande a dos puntos
del vencedor, con el 27% de los votos. Hollande cumplió y llegó primero pero mirando
los resultados, y haciendo cuentas, éstas no salen. Ni para uno ni para otro.
Los partidos de izquierda recogen el 43% de los votos, insuficientes, Hollande
tendrá que buscar votos de los centristas, un 40% de los electores de François
Bayrou asegura que votará por el socialista y el 25%, por Nicolas Sarkozy.
Jean-Luc
Mélénchon que finalmente se desinfló y su revolución se quedó por debajo del
12% pidió a sus electores que voten contra Sarkozy. Quedan los votos de Marine
Le Pen, la poderosa ultraderechista que ha conseguido un apoyo histórico. La hija
superó al padre con más del 17% de los votos, más de seis millones de
franceses. Marine se pronunciará el 1 de mayo, en su tradicional desfile en
honor a Juana de Arco, sobre su posición de cara a la segunda vuelta.
Señoras
y señores esto no se ha terminado. Nada está ganado, ni perdido. Lo que queda
claro es que el Frente Nacional volvió a dar la sorpresa, y esta vez la
participación fue altísima: el 81%. Los fascistas son la tercera fuerza de este
país. Algo tiene que ver en eso los mensajes lanzados desde el gobierno durante
los últimos años, el recurso al miedo del otro, la búsqueda de cabezas de
turco, el odio hacia el extranjero, el repliegue en momentos de crisis. Sarkozy
al intentar recuperar el voto ultra derechista, al flirtear con los herederos
del fascismo europeo ha engendrado un monstruo que poco a poco está pudriendo
más estractos de la vida pública francesa. Y mientras Sarkozy y Hollande se
mueren del miedo hasta el 6 de mayo, el Frente Nacional festeja y se ríe.
Marine
Le Pen ya se proyecta para las legislativas. Este domingo se presentó como la
nueva jefa de la oposición. Un desastre para la democracia, los
ultraderechistas han concentrado el voto antisistema. Algo no funciona.
2 comentarios:
Desgraciadamente el pbla de Francia con la extrema derecha viene de lejos, Sarko ha apostado por este electorado y ha creado la ilusión en 2007 de que había perdido fuerza. En el proceso, parece efectivamente que lo que ha logrado es legitimizar su discurso. "Diabolizar" al FN no ha funcionado -al 17% de Le Pen padre en 2002 se suma el 2% y pico de Mégret- y tratar de integrarlo en la derecha le ha dado aire. La crisis tampoco ayuda. Muy triste.
Los sumé al blogroll de blogueros argentinos en el exterior. Es bueno tenerlos de vuelta. Saludos.
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