We’re back.

Cinco años más viejos, volvemos a asomarnos a una nueva campaña electoral Made in France. Como Batman y Robin, sumamos a Batichica y ahora somos tres. Las geniales opiniones expresadas en este blog sólo representan el punto de vista de sus autores.

sábado, 21 de abril de 2012

Países Bajos 1- Hungría 0


La bici , el vehículo más utilizado en Holanda, no sé si  me entendés.

Bueno, los franceses del continente americano ya están votando; rige plenamente la prohibición de publicar sondeos. La  orwelliana Comité des Sondages avisó: multa de  75.000 euros para el que que difunda por radio, televisión o cualquier medio inventado o por inventar sondeos y encuestas a boca, pie o esquina de urna antes de las 20 horas Paris Time. Para los resultados parciales, la multa es de 3.500, mucho más barata. El comité, que decididamente no le teme al ridículo, dice que tiene un software para detectar a los infractores por blog, Twitter, Facebook. Los que saben dicen que son diez tipos que en la tarde del domingo se van a sentar en una oficina a cazar hashtags con informaciones que pasaron de contrabando la frontera, ya que los suizos y belgas ya avisaron que van a difundir dos horas antes de la hora permitida los resultados desde sus medios. Para los impacientes, los encontrarán en Twitter: @RTBFinfo; @RadioTeleSuisse; @20minutes.ch; @Lematin.ch.
Los países vecinos no hacen esto por amor a la circulación de la información, resulta que como no dependen de la arcaica legislación francesa ponen en sus medios francófonos proyecciones, y sus sitios multiplican por cientos de miles los hits de sus portales. Para Suiza, donde nunca pasa nada, y Bélgica, donde ya se resignaron a vivir sin gobierno, las elecciones frenchas son cada cinco años su agosto. La Comisión de los Sondeos amenazó con multas a los vecinos, sabiendo perfectamente que son inaplicables, pero la cosa es hacer de cuenta que internet no existe y un funcionario francés puede bajar informaciones de la web con un cazamariposas. Así, como en su momento las autoridades se ilustraron diciendo que la nube de Chernobil se había detenido mágicamente en la frontera francesa, ahora pararán los sondeos con una barrera.
De todos modos a ningún francés le hace gracia pagar 75.000 euros, si es que puede hacerlo. Así que ya surgieron estrategias para esquivar la normativa. Hecha la ley, hecha la trampa. Para no decir “Hollande ganó” (ojo, comisión esto es un invento, no tengo ninguna información privilegiada, es una hipótesis, ¿OK?), los periodistas y otros escribas van a poner en la web mensajes codificados, con alusiones del tipo: “el flan está en el horno” o “Los Países Pajos delante de Hungría en el descanso”; lo que vendría a ser Hollande (llamado también el flan o el osito cariñoso) delante de Sarkozy (de origen húngaro) en el la primera vuelta. ¿Cachái? Así las cosas, todos los internautas que siguen los medios franceses van a estar interpretando cualquier indicio, dando pie a situaciones equívocas. “Che, acaban de anunciar que pasan esta noche en la tele La lista de Schindler. ¿Quiere decir que Marine le Pen llega a la segunda vuelta?”. “Viejo, en YouTube Abba está entre las bandas más vistas del momento. ¿Eva Joly era sueca o noruega?”; “Le Monde dice que el parque temático sobre Napoleón será un fracaso, cómo debe estar Carla”, and so on.
Ahora, ¿de dónde salen los números que publican anticipadamente belgas y helvéticos? Se supone que de las encuestadoras francesas, que hacen sondeos a boca de urna. Esta vez los 9 institutos de sondeo, que parieron la friolera de 375 encuestas desde el inicio de la campaña, anuncian que no harán este tipo de encuesta para evitar filtraciones. Y juran que de todos modos no les darán datos a los medios extranjeros. Pero agregan que sólo los periodistas franceses, que se comprometieron a no abrir el pico, recibirán a las 18.30 resultados de “oficinas test” para preparar sus notas. Al parecer hay un artículo de la Constitución francesa que garantiza a los periodistas acceso a informaciones confidenciales que no son aptas para el resto de los mortales. Igual los suizos y los belgas se ríen de todo este combate para hacer de cuenta que seguimos en el siglo XX. Ahora me tengo que ir, me espera la comida. Hoy, gulasch con flancito, ¿o era al revés?